“Si los investigadores médicos pudiesen averiguar como utilizar el efecto placebo de forma precedible, podrían dotar a los doctores de una herramienta sin efectos secundarios que es muy efectiva para tratar las enfermedades.” Dr. Bruce Lipton
Lo que NO sabes del efecto placebo
Tus pensamientos afectan a tu cuerpo. Y viceversa. Esto no es ciencia ficción, sino algo archidemostrado mediante el método científico. Tu cerebro no distingue entre lo que tú imaginas (o lo que percibes) y la realidad, y de tal forma tus pensamientos afectan al cuerpo entero por medio del sistema nervioso y endocrino. ¿Viene la suegra de visita el fin de semana? ¿El jefe te ha llamado a su despacho para comunicarte algo? ¿No estás seguro de si llegarás a fin de mes? Estrés, estrés y más estrés. La realidad es que la mayoría de nuestras preocupaciones no son más que “peligros” potenciales imaginados en nuestra mente que el cuerpo percibe como reales. Bueno, hasta aquí todos de acuerdo: la mente afecta al cuerpo, nos trae locos y nos puede enfermar.
Donde la conexión mente-cuerpo se torna realmente interesante es cuando damos un paso más allá y empezamos a investigar el efecto que tiene nuestra mente en los procesos de curación. Es el popular pero desprestigiado efecto placebo. Digo desprestigiado porque parece que curarse mediante el efecto placebo no es una cura “real”. ¿Por qué? Porque, tradicionalmente, la mayoría de científicos (el grosso de científicos, no los pioneros) suelen ignorar aquellos procesos que no se pueden explicar de forma satisfactoria mediante el modelo aceptado en ese momento. La lógica de estos científicos es algo parecido a esto: si nuestra tecnología actual no lo puede medir y nuestra ciencia explicar correctamente, entonces debe tratarse de algo accidental, aleatorio, o sea, algo anecdótico…algo “pseudocientífico”.
Parece ser que no aprendemos nada de la historia. Por ejemplo, la electricidad y el magnetismo son ejemplos de fenómenos naturales que en algún momento fueron desconocidos y más tarde malentendidos. En la edad media, si te atrevías a hablar de fenómenos no convencionales o aceptados (ej: el sol es una estrella más) te quemaban en la hoguera como a Giordano Bruno . Hoy en día, si te adentras demasiado en la ciencia marginal, te arriesgas a perder fondos de investigación. A la natural resistencia humana a lo nuevo, sumemos los grandes intereses económicos…
Pero volviendo al efecto placebo. Resulta que para que un experimento científico se realice con garantías debe tener un doble ciego. Sólo de esta forma se puede comprobar realmente si el fármaco del estudio tiene un efecto superior al placebo (la pastilla de azúcar). Lo que poca gente sabe, y que vuelve locas a las farmacéuticas, es que en la mayoría de estudios clínicos los placebos (los fármacos falsos) son tan efectivos como los cócteles químicos diseñados en los laboratorios. Los mecanismos (físicos, químicos, o energéticos) NO se conocen bien, pero el hecho es que la mente “transmite” información a la materia (el cuerpo), y ésta responde con la curación.
El efecto placebo no “está en tu cabeza”. Cuando la mente cambia, ésta afecta la biología de forma absoluta. Dr. Bruce Lipton
La conciencia puede afectar a la materia. Así quedó demostrado en el clásico experimento cuántico de la doble ranura: cualquier observador (incluso una máquina) afecta la naturaleza (onda-partícula) de los electrones. Tus pensamientos, tu conciencia, afectan las partículas elementales del universo. Aunque no se no se conozca bien el mecanismo por el cual sucede, esto es así. Quizá el todavía incomprendido y subestimado efecto placebo no sea más que éste fenómeno a una escala mayor (ésta es la llamada “hipótesis de Guillermo” :)).
Y para ilustrar hasta que punto nuestras mentes son poderosas y pueden afectar nuestra salud…¡NO te pierdas el siguiente estudio! En 2002, un estudio publicado por el New England Journal of Medicine evaluó las cirugías a pacientes con dolor severo en las rodillas (por artritis). El doctor Bruce Moseley era el cirujano encargado del proyecto (Moseley, et al, 2002) y lo que pretendía era saber qué parte de la cirugía era la que causaba más alivio a sus pacientes. “Todo buen cirujano sabe que no existe efecto placebo en las cirugías” – afirmaba el doctor antes del estudio. ¡Los resultados fueron sorprendentes como poco! El grupo que recibió cirugía mejoró, pero los pacientes del grupo de control que sólo recibieron unas incisiones en la rodilla para simular que se había realizado auténtica cirugía…¡ mejoraron tanto como el otro grupo!
Ya sé lo que estás pensando: “no me lo creo”. Pues no te lo creas pero la evidenca está ahí. Después de los resultados, el doctor Moseley afirmó: “mi habilidad como cirujano no trajo beneficios a estos pacientes. El beneficio a estos pacientes de osteoartritis lo trajo en su totalidad el efecto placebo”. ¿Por qué es esta historia y el efecto placebo relevantes? Porque lo más importante para mantenerse sano y superar cualquier enfermedad es tener el deseo real de curarse y saber con certeza que esto es posible incluso en las circunstancias más extremas. No subestimes el poder de la mente.