¿Es la fatiga adrenal el enemigo público número uno? Quizás no sea tan letal como el virus del Ébola pero te aseguro que los desequilibrios adrenales causan muchos más daños económicos y sociales en el mundo occidental. Te invito a seguirme en estas líneas y aprender:
- Qué es la fatiga adrenal (también llamada insuficiencia suprarrenal o hipoadrenia, o como prefiero llamarla últimamente “disfunción adrenal”)
- Por qué un gran número de personas se ven afectadas por esta condición (sin saberlo).
- Las tres estrategias fundamentales para evitarla.
Según el Dr. James Wilson (autor de “Adrenal Fatigue: the 21st Century Stress Syndrome”), ¡la fatiga adrenal afecta al 80% de la población! Esto es obviamente una estimación, no algo preciso, pero la realidad es que la desregulación adrenal afecta a muchísima gente. ¿Conoces a alguien con alguno de estos síntomas?:
- Dolor corporal.
- Irritabilidad.
- Fatiga constante.
- Pensamientos acelerados.
- Desequilibrios hormonales.
- Antojos de dulce o salado.
- Incremento en el almacenamiento de grasa.
Seguramente sí… ¿Tú mismo? Aunque estos síntomas pueden indicar la existencia de trastornos muy diversos (y con frecuencia ignorados por los médicos), la existencia combinada de varios de ellos apunta a la fatiga adrenal. Esta condición causa, entre otras cosas, el cansancio “crónico”, el aumento de grasa y millones en pérdidas por baja laboral cada año. ¿No te interesa saber más?
Tus increíbles glándulas adrenales
Justo encima de tus riñones tienes dos pequeñas glándulas que se encargan de sintetizar unas 50 hormonas diferentes: las glándulas suprarrenales (o adrenales). Las hormonas afectan todas y cada una de tus células, tejidos y órganos del cuerpo controlando multitud de funciones corporales; algunas de ellas esenciales para la vida.
¿Recuerdas cómo te sientes ante un gran desafío? Parece que “el corazón te va a explotar”, ¿verdad? Cuando el cerebro percibe un peligro, las glándulas adrenales producen adrenalina, noradrenalina y cortisol para enviar sangre al cerebro, corazón y extremidades y aumentar así tus posibilidades de salir airoso del lío.
Las glándulas adrenales son las encargadas de gestionar tu respuesta metabólica de “lucha o huida”: ¡nuestra respuesta más primaria! Pero no sólo se encargan de gestionar las hormonas del estrés, también son responsables de regular y equilibrar hormonas como:
- Glucocorticoides: las hormonas que se encargan de regular las reservas de glucógeno y la actividad del sistema inmune.
- Mineralocorticoides: las hormonas que controlan el agua y la sal de la sangre para mantener una presión arterial saludable.
- Los andrógenos y estrógenos: nuestras hormonas sexuales.
Curiosamente, algunas tradiciones orientales hablan del conjunto riñones/glándulas adrenales como el “motor” del cuerpo. Teniendo en cuenta todo lo que hacen, ¡no me extraña!
¿Qué es la fatiga adrenal y cuál es su causa?
Como ya sabes, cada vez que el cuerpo o la mente percibe un peligro (estrés) las glándulas adrenales se ponen a trabajar. Por desgracia, en nuestro mundo, el estrés es generalizado prácticamente desde el día en el que entramos en la escuela secundaria, donde ya empiezan los agobios, los exámenes y entramos en el mundo competitivo (“luchar” por sobrevivir).
Pero es que, además, el estrés no es sólo el mental o emocional al que todos estamos tan acostumbrados, sino que las glándulas adrenales también se activan ante estrés fisiológico o bioquímico. Por ejemplo:
- Falta de sueño.
- Alimentación desequilibrada.
- Infecciones.
- Exposición a toxinas.
- Problemas digestivos.
- Malas posturas!…etc.
Cuando el estrés (del tipo que sea) es constante, las glándulas adrenales trabajan sin descanso. Con el tiempo, como todas las cosas que son sobreutilizadas, las glándulas adrenales “se cansan”, pierden su capacidad de respuesta y comienza la fatiga adrenal. Se produce una especie de “lesión” de las glándulas.
Cuando un futbolista tiene un lesión muscular o de ligamentos, ¿qué es lo primero que recomienda el “fisio”? Descanso. Sin embargo, cuando aparecen los primeros síntomas de fatiga adrenal como cansancio durante el día, lo último que pensamos es en escuchar al cuerpo y tomarnos un descanso. ¿Quién tiene tiempo para eso? En su lugar, pensamos que el problema es la falta de cafeína en nuestro sistema, ¿verdad? 🙂
Las tres fases de la fatiga adrenal
Si me permites, en vez de explicártelo con palabras, lo voy a hacer con un video:
¿Por qué un gran número de personas se ven afectadas (sin saberlo)?
Porque nunca en la historia han estado nuestros cuerpos tan estresados como hoy día. Esto es porque nunca antes hemos vivido con tanta incoherencia evolutiva. Nuestros genes, acostumbrados por milenios a un estilo de vida y un medio ambiente, están confundidos y nuestra fisiología se resiente. Es verdad, tenemos tecnología que nos permite vivir más años, pero no necesariamente con más vitalidad y salud. Tus glándulas adrenales “lo saben” y lo sufren.
Gran número de personas tienen este problema, ¡pero no son conscientes! Piensan que la causa de sus síntomas es “desconocida”, “misteriosa”, o peor, puramente “psicológica” (con lo cual nadie te hace ni caso).
La medicina convencional, por su parte, todavía no sabe que es muy difícil hacer un diagnóstico de fatiga adrenal fiable con un análisis de orina o de sangre (lo ideal es uno de saliva o el llamado análisis D.U.T.CH.). Y sigue, además, tratando los síntomas como el cansancio “crónico”, los cambios de ánimo o los dolores con analgésicos y estimulantes. Es decir, sin ir a las causas, pan para hoy y hambre para mañana.
¿Fatiga adrenal o disfunción adrenal?
Como te dije al principio del artículo, aunque la mayoría de personas conoce este síndrome como ¨fatiga adrenal¨y por eso lo he utilizado aquí, la verdad, es que considero más exacto llamarlo ¨disfunción adrenal.” Los dos son posibles y reales pero, en mi opinión, no son estrictamente lo mismo. Te explico.
Podemos llamar fatiga adrenal a aquellos casos donde el problema está localizado realmente en las glándulas adrenales, bien por un problema autoinmune (el cuerpo ataca el tejido adrenal) o porque simplemente le faltan los bloques de construcción (los nutrientes) para sintentizar las hormonas adrenales (por ejemplo, el aminoácido tirosina para sintetizar adrenalina).
Sin embargo, la mayoría de gente no sufre de fatiga adrenal sino de disfunción adrenal (y sus tres fases ya explicadas). Si no fuese así, bastaría con descansar un poco más de lo habitual y tomar ciertos nutrientes para resolver el problema en unas pocas semanas. Pero sabemos que en la mayoría de casos no es tan sencillo ni tan rápido.
En la disfunción adrenal la producción hormonal disminuye, pero no es porque las glándulas adrenales estén “cansadas”, sino porque el cerebro (el hipotálamo) lo ha decidido así para intentar mantener con vida al individuo…¿Hasta cuándo? Hasta que pase el peligro. Es decir, hasta que descubramos la causa de nuestro estrés (de los muchos que conocemos) y lo resolvamos. Por este motivo los suplementos adrenales no suelen ayudan mucho en estos casos. No se puede solucionar la disfunción adrenal trabajando solamente a nivel adrenal, sino que se debe incluir la glándula tiroides. Este es el llamado eje hipotálamo-tiroideo-adrenal.
Te doy un par de ejemplos para que se entienda mejor todo esto:
Caso 1: exceso de inflamación/oxidación
Las toxinas no sólo vienen de fuera, sino también de dentro. Durante los procesos de generación de energía en la mitocondria, se producen radicales libres y oxidación. Por suerte, tenemos sistemas para controlar estas moléculas, pero si la inflamación/oxidación aumenta (por mala dieta, por ejemplo), o las enzimas que controlan la oxidación no funcionan bien, el cerebro tendrá que tomar una difícil decisión: o bien “baja la velocidad” (el metabolismo) para reducir el estrés oxidativo, o bien no lo hace y como consecuencia la oxidación sigue aumentando (algo peligroso). Puesto que la prioridad del cuerpo es sobrevivir, sólo hay una decisió inteligente: reducir la oxidación/metabolismo. ¿Cómo lo hace? Mediante el eje hipotálamo-tiroideo-adrenal que te he comentado más arriba. Al reducir el metabolismo es posible que ganes peso, tengas menos energía y tu deseo sexual se reduzca a cero…pero sobrevivirás, y de eso se trata. El cuerpo sabe lo que hace.
Cuando vas por una carretera con mucho tráfico y baches, lo prudente es reducir la velocidad. En el cuerpo es igual. Cuando hay mucha oxidación, inflamación (a veces causada por infecciones) o estrés, el hipotálamo manda la señal a la pituitaria y ésta a las glándulas adrenales y la tiroides de que muevan el “volante” con cuidado y reduzcan la “velocidad.”
(Nota para empollones: hay muchos médicos que sólo analizan los niveles de hormona TSH (hormona estimulante de la tiroides) para ver si el metabolismo es adecuado y descartar problemas en esa glándula. Aunque el paciente se queje de mucho cansancio o baja temperatura corporal, el médico le dice que “no puede ser” y que vaya a ver al psicólogo porque sus niveles están en rango. En realidad, es el cerebro (el hipótalamo) el que está orquestando la reducción de TSH debido al exceso de oxidación (con lo cual, no parece hipotiroidismo aunque en la práctica sí lo hay). Lo mismo ocurre en muchas ocasiones en las que hay bajos niveles de cortisol. La pituitaria reduce a propósito la síntesis de esta hormona, mediante la adrenocorticotropa, para minimizar la catabolización de tejidos).
Caso 2: exceso de estrés
Todo empieza en la fase I. El cuerpo aumenta el cortisol para darte energía y ayudarte (parece que puedes comerte el mundo), pero el exceso de cortisol actúa (a medio y largo plazo) reduciendo la conversión de hormona tiroidea T4 a T3 (su forma más activa) en el hígado, es decir, reduciendo el metabolismo.
La hormona T3 (triyodotironina) es el factor que con más frecuencia limita la producción de hormonas esteroideas (necesitas T3 para producir pregnenolona). Si no tienes un buen nivel de T3 la cosa no marcha…Esto es porque el cuerpo no quiere estar mucho tiempo en fase I (superestresado y con niveles de cortisol muy altos), y lo consigue reduciendo la hormona T3.
¡Es de sentido común! Piénsalo. La tiroides es la glándula que se encarga del metabolismo de tu cuerpo en general (de mantener el “horno encendido”). Si tenemos un nivel de estrés constante, el cuerpo prefiere ralentizar el metabolismo para guardar recursos. Entramos en un estado de “hibernación” para reducir el consumo energético y poder pasar las “vacas flacas.” El estrés y la tiroides se relacionan como un balancín de esos que hay en los parques. Cuando el estrés (de cualquier tipo) es alto, la función de la tiroides baja. El cuerpo no se equivoca, simplemente tiene motivos que a veces no acabamos de entender.
Moraleja: la disfunción adrenal no es un fallo aislado de las glándulas adrenales, o algo que ocurre por mala suerte. Si quieres optimizar tus hormonas esteroideas debes trabajar sobre las causas, hacer inventario de tus fuentes de estrés y también tener en cuenta la glándula tiroides, que sabemos trabaja en tándem con las glándulas adrenales con un objetivo: ayudarte a sobrevivir y, siempre que sea posible, medrar.
3 Estrategias naturales para combatir la fatiga adrenal
Dieta
La dieta siempre es un buen lugar para empezar un tratamiento natural. El primer paso es eliminar o reducir los “villanos”, todos aquellos alimentos que son inflamatorios para las glándulas adrenales:
- Café: tienes que aprender a utilizarlo. El error común es tomarlo cuando estamos cansados (que es cuando el quiere nos pide descansar). El café tiene muchas propiedades beneficiosas pero es conveniente no usarlo como estimulante sino sólo en esos momentos en que no lo “necesitamos.” Si no me haces caso con esto del café, puedes contribuir a drenar tus reservas de cortisol y magnesio y, además, alterar el sueño (la principal medicina).
- Comida procesada: el aumento de toxinas (aditivos, conservantes…etc.) en tu cuerpo es estresante, es decir, aumenta el cortisol. Malo. Además las toxinas cargan al hígado de más trabajo que es el órgano encargado de hacer las conversiones hormonales. Cuanto más natural y fresco es un alimento mejor para tu hígado y tus hormonas.
- Aceites hidrogenados: estos aceites han sido alterados para que duren más. Son muy inflamatorios y dañinos para el sistema en general. Evita los aceites de semillas también (que son “antimetabólicos”). Están en prácticamente todos los productos procesados y se usan mucho en restaurantes (video: 2 alimentos que reducen el metabolismo).
El segundo paso es añadir los alimentos que son curativos y antinflamatorios para las glándulas adrenales. Una lista básica: coco, aceitunas, aguacates, sal SIN refinar, brócoli y coliflor (estos al vapor), algas marinas como el Kelp o nori, proteínas de fácil asimilación…etc. Estos alimentos son densos en nutrición, bajos en azúcares y tienen grasas y fibras saludables. Son una apuesta segura.
Suplementos
Si ya tienes síntomas de desregulación hormonal es necesario contar con todas las herramientas posibles para una recuperación rápida y segura. Ciertos suplementos pueden ser muy poderosos pare combatir y revertir la fatiga adrenal. Considera los siguientes:
- Vitaminas del grupo B, vitaminas C y D3-K2.
- Ashwagandha y albahaca sagrada (plantas adaptogénicas).
- Magnesio (relajante) y zinc. Una fuente muy buena de magnesio y también de azufre son las sales de Epson.
Reducción del estrés
Nuestra forma de vivir es muy estresante, por eso, deberíamos ser proactivos al respecto. Aquí tienes las ideas más importantes a tener en cuenta:
- Descansa cuando estés cansado. Tu cuerpo no es “vago”, simplemente lo necesita.
- Duerme unas 8 horas por la noche y no vayas tarde a la cama.
- Relájate un rato todos los días.
- Ríete unos minutos todos los días. Busca chistes en internet…lo que sea.
- Aprende a minimizar el estrés laboral y de relaciones.
- Come con regularidad y evita el azúcar y la cafeína. El ayuno intermitente no es para todos.
- Ejercítate según tu estado de forma. El movimiento también es medicina, pero cada uno a su nivel.
- Evita la gente pesimista y protestona.
- Tómate tiempo para ti mismo. Sin razón, porque “tú lo vales”.
También es necesario que sepas si sufres de hipotiroidismo, ya sea autoinmune o no. Cómo ya he comentado brevemente cuando nuestra tiroides no funciona bien, las glándulas adrenales tienen que “trabajar” más para compensar algunos parámetros como la temperatura corporal y el metabolismo. El hipotirodismo puede desencadenar fatiga adrenal, y viceversa. Un buen lugar para empezar es tomarse la temperatura corporal (en la boca) en tres momentos diferentes del día y ver si su media es 37 °C (98.6 °F). Si es inferior es posible que sufras de hipotiroidismo, aunque sea de forma transitoria. No lo dejes y sigue investigando con tu médico. Si ya sabes que lo tienes, lee “Hipotiroidismo: 9 maneras de mejorarlo.”
La fatiga adrenal (o disfunción adrenal como prefiero llamar) es real, yo mismo la sufrí. Por eso soy tan apasionado del tema y quiero ayudar a tanta gente como pueda a protegerse de esta epidemia silenciosa. Espero que este artículo te haya puesto “sobre la pista.”
Si quieres aprender más sobre la disfunción adrenal (o “fatiga adrenal”) te recomiendo que eches un vistazo a: “La Ventaja Hormonal“, un manual práctico donde explico paso a paso cómo re-equilibrar tus hormonas y también cómo optimizar tu rendimiento físico y mental de forma natural. Puedes encontrarlo aquí.