Lo que estás a punto de leer son las líneas maestras de un protocolo básico para tener la salud de un roble, literalmente, con raíces fuertes, con energía y con la posibilidad de mejorar tu bienestar. Es lo que he llamado el “Protocolo de salud RAÍZ.” ¿Puedo pedirte tu atención por 15 minutos?
Siempre he buscado los principios, las estrategias… No puede ser que la salud sea tan complicada como algunos nos quieren hacer ver. Pienso que perdemos de vista los fundamentos y queremos compensarlo con parches (ya sean alopáticos o naturales).
Por otra parte, existe últimamente en las ciencias de la salud una tendencia a querer sobreanalizar las distintas variaciones genéticas que, según los expertos, puedan causar éste o áquel problema…etc. Los protocolos de salud son entonces cada vez más más dispares y complicados (¿no deberían ser más simples con la evolución del conocimiento y el desarrollo de técnicas y terapias más potentes?). Sí deberían.
Obviamente tiene que haber una personalización (basada en la genética y circunstancias personales) pero la base de un protocolo de salud (ya estés ligeramente enfermo o en las últimas) debería ser muy parecida. ¿Por qué? Porque al final todo es energía. Si hay más energía nos podemos curar, si no lo hay… la vida no puede medrar. Por ejemplo, en muchos casos se ha observado que un niño lo suficientemente pequeño es capaz de regenerar la yema de su dedo después de habérsela cortado por accidente, mientras que alguien de avanzada edad (con poca energía) muere de un simple catarro o con una mala caída.
“Tratar a las personas sin el concepto de energía es como tratar materia muerta.” Albert Szent-Györgyi
A este protocolo de salud RAÍZ que te presento hoy le puedes añadir las cosas que tú debas según tus circunstancias personales.
Este protocolo ha sido inspirado por distintos doctores, pensadores e investigadores de la salud que considero tienen un entendimiento de la salud muy superior a la media. Yo sólo recojo las rosas y hago un ramito basándome en mi propio estudio y experiencia personal. En general, mi enfoque ha sido “triangular” encontrando puntos comunes y allí donde existe alguna controversia, tender a la precaución a menos que la evidencia y/o experiencia personal sea muy convincente. Si algo no lo tengo claro no lo voy a adoptar en este protocolo.
Doy las gracias a Ray Peat, Richard Gerber, Jack Kruse, Michael McEvoy, Mark Hyman, Denis Wilson, Morley Robbins, Lawrence Wilson, Jerry Tenantm, Reed Davis… y algunos otros pioneros en el campo de la optimización de la salud.
El protocolo de salud raíz
REDOX > DETOX > REDOX
Resumen: primero debes aumentar tu energía/metabolismo, después detoxificar/eliminar parásitos, para finalmente aumentar más si cabe la energía. Primero redox, segundo detox. El motivo es que la detoxificación requiere también de ATP y si nuestro cuerpo está débil no vamos a poder detoxificar con garantías ni de forma segura.
No son uno ni dos los videos en YouTube donde puedes ver a “gurús de la detoxificación” cada día más débiles y pensando que deben seguir detoxificando porque todavía no están bien… Se equivocan.
Si insistimos en detoxificar más (pensando que es lo que necesitamos para recuperar la energía), nos vamos a debilitar más todavía…cayendo posiblemente en un círculo vicioso del que cada vez es más difícil salir. El cuerpo siempre está detoxificando y no necesitamos forzarlo sino apoyarlo. Cuidado con los ayunos prolongados… Hazte fuerte primero y luego detoxifica de forma inteligente.
METABOLISMO
Optimiza:
- Tu temperatura corporal para que durante el día sea de 37 grados centígrados (las enzimas trabajan de forma óptima a esta temperatura).
- Los niveles de los 8 elementos claves para el metabolismo: magnesio, calcio, cobre, hierro, sodio, potasio, iodo y selenio.
DEJA DE HACER LO SIGUIENTE…
1. Tomar suplementos que sólo contengan vitamina D. Tus niveles de vitamina D en sangre deberían estar en el rango 25-40 ng/dL (más no es mejor). Si tus niveles no suben ni siquiera con suplementación es porque te faltan algunos de estos elementos: magnesio, zinc, boron, vitamina C, E, B2 y B6. Para hacer vitamina D internamente necesitas la “madera” (esos elementos anteriores) y la “chispa” (la luz solar, especialmente de UVB, rayos ultravioleta tipo B). Lo mejor por este orden es: luz solar, lámparas de luz UVB (para reptiles!) y finalmente suplementación. Si suplementas vitamina D sin esos elementos previamente mencionados vas a calcificar tu cuerpo (no gracias!). Y si insistes en tomar un suplemento de “hormona D” es necesario que tomes también otras vitaminas liposolubles como vitamina A (retinol) y vitamina K para evitar la alteración de la fijación del calcio y la reducción de una enzima clave para el metabolismo (la ceruloplasmina, que transporta el cobre).
2. Tomar suplementos de calcio. Es mejor tomar alimentos como fuente de calcio. Además el calcio bloquea la absorción de magnesio. La mayoría de personas, sobre todo bajo estrés, tienen falta de magnesio no de calcio. Si tomas un suplemento con calcio debe tener también magnesio. Los lácteos no son necesariamente malos si tu salud intestinal es buena y no están homogeneizados (son además los que contienen las grasas más biocompatibles con nuestra membrana celular. Ej: mantequilla o ghee).
3. Tomar suplementos que tengan hierro. El hierro es un elemento muy importante pero la mayoría de gente tiene exceso de hierro (no biodisponible), no falta. El hierro desregula
el metabolismo del cobre, que es clave a su vez para tener hierro biodisponible y generar energía celular porque forma parte de unas enzimas cruciales en la mitocondria (citocromo C oxidasa). El exceso de hierro no biodisponible alimenta las infecciones crónicas y aumenta la oxidación general del cuerpo. Te recomiendo hacer donaciones de sangre con regularidad y tomar un poco de café cuando tomas carnes rojas porque bloquea su absorción. La mayoría de gente con “anemia” lo que tiene en realidad es desregulación del cobre. Algunas personas sí tienen falta de hierro, pero no la mayoría.
4. Tomar “vitamina C” sintética (el ácido ascórbico no es realmente vitamina C). El ácido ascórbico desregula el metabolismo del cobre. Puedes tomar en su lugar suplementos de frutas y otros alimentos que contienen un alto contenido de esta vitamina (ejemplo). El ácido ascórbico puede ayudar a corto plazo en procesos infecciosos pero no es recomendable a largo plazo.
5. Tomar multivitamínicos que continen estos cuatro elementos anteriores (vitamina D, calcio, hierro y ácido ascórbico). Es muy difícil encontrar un multivitamínico que sea de calidad en todos sus ingredientes. La mayoría de compañías juegan al “más es mejor” y esto no es la realidad con todos los micronutrientes. Es mejor tener precaución, y comprar solamente algunos suplementos considerados muy seguros y dependiendo de tus necesidades.
6. Tomar aceites de semillas (algodón, maíz, cacahuete, soja, cártamo, girasol, canola, sésamo…etc.). Son muy altos en aceites poliinsaturados omega 6 que son inestables químicamente y contribuyen a la peroxidación lipídica dañando la membrana celular y reduciendo el metabolismo. El exceso de omega 3s tampoco es recomendable. Los alimentos tienen suficiente aceites poliinsaturados omega 3 y 6 de forma natural para no necesitar suplementar con estos aceites que se ponen rancios muy rápidamente. Simplemente con no tomar alimentos procesados (que siempre los tienen) ni suplementos de este tipo habrás dado un paso de gigante.
7. Tomar duchas de agua con cloro (cómprate un filtro) y usar dentífrico con fluor. También deja las harinas, no tanto por el gluten sino porque contienen hierro enriquecido y bromo añadido. Estos elementos halógenos reemplazan al iodo (también halógeno) que es clave para el sistema inmune y el metabolismo (es necesario para sintetizar hormona tiroidea, fundamental para tu metabolismo).
EMPIEZA A HACER LO SIGUIENTE…
1. Monitorear tu temperatura corporal durante el día. Puedes hacerlo usando un documento como éste . Si no llegas a la adecuada (37 grados tomados en la boca) considera primero el optimizar los niveles de magnesio, calcio, cobre, hierro, sodio, potasio, iodo y selenio. Puedes usar aplicaciones como Cronometer o MyFitnessPal que te ayudan a ver si llegas a la cantidad diaria recomendada (¡te sorprenderás!). Si después de hacer eso todavía no llegas a la temperatura, considera el tomar un suplemento de hormona disecada natural (o sólo T3) para aumentarla (consulta con tu farmacéutico, profesional de salud o almohada). Hasta que no consigas eso siempre estarás remando contracorriente. Una vez que llegues a 37 grados durante el día, puedes seguir tomándola 1-2 años mientras te fortaleces. Nota: la hormona tiroidea de farmacia contiene sólo T4 (como Eutirox) y consumirla tiende a aumentar la T3 reversa con el tiempo (piénsalo, la glándula tiroides produce T3 y T4; si queremos suplementar su función deberíamos tomar las dos).
2. Tomar el cóctel adrenal (video explicativo aquí). La sal sin refinar de este cóctel nos provee no sólo de sodio sino también de muchos minerales más. El citrato de potasio, que es el resultado de esta mezcla, no sólo mejora el “potencial Z” de la sangre (lo cual facilita la circulación sanguínea y la filtración renal) sino que también es fuente de otro elemento clave, el potasio.
3. Tomar suplementos de magnesio (glicinado, malato, orotato… es bueno alternar). Personalmente me gustan mucho las sales de epsom, porque además del magnesio también proveen azufre, y en forma de spray (cloruro de magnesio). Dosis recomendada sería de 5 mg/lb o 10 mg/kg peso (una persona de 75 kg deberia tomar 750mg). Es muy seguro de tomar, lo que el cuerpo no necesite lo puede eliminar.
4. Tomar fuentes naturales de vitaminas B, como yemas de huevo (pero no en exceso), polen de abeja, salvado de arroz, germen de trigo…etc. Las vitaminas B son claves para la síntesis de ceruloplasmina y el mantenimiento de la energía celular.
5. Tomar fuentes naturales de vitamina C, como frutas de temporada, concentrados de amla, acerola…etc. La vitamina C es antioxidante y nos ayuda a reciclar enzimas clave.
6. Tomar taurina (500 – 1,000 mg/día). Apoya el metabolismo del cobre y evita el exceso de fibrosis en el cuerpo. La taurina es un aminoácido que se considera semiesencial (podemos sintetizarlo pero en cantidades limitadas) y tiene un efecto protector de muchos tejidos, especialmente del hígado. Hay muchísimos estudios demostrando su efecto positivo en el hígado. Porque tú lo vales.
7. Seguir una dieta ancestral, que es más alta en grasas biocompatibles en invierno (más cetogénica) y más alta en carbohidratos el resto del año. Ni las grasas son el enemigo, ni los carbohidratos (la resistencia a la insulina lo es). Sigue las estaciones del lugar donde vives (si las hay) porque no puedes (ni debes) aislarte de tu medio ambiente. Esto es lo que se llama la “coherencia evolutiva.” Consumir lo que se genera localmente es lo ideal. Esto logra además que nuestro impacto ambiental sea menor al requerir menos transporte desde lugares lejanos. La dieta omnívora es la más densa en nutrientes, mientras que la más “limpia” es la vegetariana o vegana. Puesto que lo que queremos es fortalecer el cuerpo, es más fácil conseguirlo con la omnívora.
8. Comer carne (músculo) junto con colágeno (está en la piel, tejidos blandos y órganos del animal) para compensar la metionina con la glicina y evitar la inflamación a largo plazo. Las carnes suelen ser altas en fósforo (que es un mineral ácido) así que come también alimentos que tengan minerales alcalinos (calcio, magnesio, potasio) como verduras, lácteos (jamón con queso, por algo es…) si los toleras y frutas de temporada. La sangre es ligeramente alcalina y si tomamos una dieta excesivamente ácida el cuerpo tomará calcio de los huesos para mantener ese pH. Es el exceso de inflamación y de calcio en el sistema circulatorio lo que da problemas, no el colesterol…Y como tú no quieres tener un bypass, siga esta regla con atención. Y si la cosa se pone fea, toma vitamina K2 para literalmente disolver los depósitos de calcio.
9. Consumir intencionadamente alimentos que contengan selenio y iodo. Los más fáciles para empezar son nueces de Brasil y alga kelp. Más adelante, cuando tus reservas de selenio sean buenas, empieza a suplementar con iodo nascente si lo deseas para optimizar tus niveles (que posiblemente ha sido desplazado por fluor, cloro y bromo durante años). Las ostras y las gambas son muy recomendadas como fuente de cobre biodisponible (cuidado con los suplementos de cobre porque su asimilación depende de tus niveles de ceruloplasmina, y suelen usar la forma más barata y menos biodisponible).
10. Comer más alimentos que están por debajo de la tierra (rábanos, zanahorias, patatas…) porque tienen menos antinutrientes que los que están por encima (hojas verdes, por ejemplo, piensa que al no poder escapar de sus depredadores y estar más expuestos necesitan desarrollar defensas químicas como los antinutrientes). Por ello, las hojas verdes y verduras en general, deben ser cocinadas para poder asimilar mejor su nutrición. Las frutas, por su parte, pueden ser comidas crudas puesto que han sido “diseñadas” realmente para servir como comida, pero intenta que sean de temporada.
11. Remojar las semillas. Esto incluye nueces, granos, cereales..etc. Todas las semillas (con potencial de formar una planta) tienen una protección natural para no estropearse. Si queremos consumirlas es mucho mejor para nuestro sistema digestivo ponerlas a remojo o germinarlas. La dieta “paleo” insiste en no tomar estos alimentos, pero la realidad es que forman parte de nuestra dieta desde hace mucho y no hay porqué evitarlos SI se preparan adecuadamente (y no tienes problemas digestivos).
12. Apagar tu router por la noche y empieza a usar auriculares para hablar con la gente (no te pongas el teléfono en la oreja). Cómprate una luz infrarroja para usarla 10 minutos antes de irte a la cama puesto que nuestra exposición a la luz azul es excesiva. Toma más sol en invierno y menos en verano (no te expongas a horas del mediodía) para evitar quemaduras. Tápate y no te pongas cremas a menos que sea por una emergencia porque están llenas de sustancias que no son saludables.
13. Moverte todos los días, no necesariamente haciendo “ejercicio”, sino moviéndote (paseos, yoga, estiramientos…etc.) para mover el sistema linfático y apoyar la nutrición y detoxificación celular. Incorpora algo de movimento intenso y también pesas en tu rutina, pero que la base sea el movimiento.
DETOXIFICACIÓN
Una vez que has optimizado tu metabolismo puedes empezar a detoxificar de forma activa (nota: en algunos casos de infección por parásitos muy aguda es necesario tomar fitoterapia y fármacos desde el principio, de otra forma es casi imposible mejorar el metabolismo).
Los ayunos son una estrategia efectiva, pero recuerda que su beneficio viene dado por el descenso de endotoxinas generadas desde el intestino, no necesariamente por consumir menos calorías y nutrientes. Las calorías son buenas si hay suficientes micronutrientes… Con un metabolismo saludable no se puede engordar, la obesidad es señal de que algo está mal ya sea en lo físico o en lo psicológico.
El énfasis, entonces, debería estar en consumir una dieta fácil de digerir para que no haya sobrecrecimiento bacteriano (disbiosis, SIBO, inflamación…) y de otros patógenos, no en comer menos.
Una sustancia segura para detoxificar y con muchos estudios es la zeolita. Si a esto añadimos cierta fitoterapia y algunos suplementos clave (como TMG…etc.) podemos conseguir una estrategia muy poderosa para reducir no sólo las toxinas sino también las infecciones de todo tipo. Las saunas y los enemas de café son tácticas secundarias que también pueden apoyar este proceso.
Obviamente aquí estamos sólo dando unas pautas y rascando la superficie…hablaremos más de la detox en otro momento, pero lo importante, repito, es primero aumentar la energía porque eso también mejorará la detoxificación.
“¿Por qué debería creerme esto?”
Buena pregunta.
Llevo más de 12 años investigando, experimentando y consultando sobre salud, y te aseguro que cada una de las frases anteriores tiene su razón de ser y está muy bien contrastada por los investigadores que te he mencionado antes, además de la literatura científica, la experiencia clínica o la simple coherencia evolutiva.
Te aseguro que hay mucho más, pero éste es el “protocolo RAÍZ“: la base sobre la que deberías estar trabajando. Por cierto, este protocolo no es un producto final sino que seguiré actualizándolo. Así que subscríbete si quieres recibir las actualizaciones.
Puedes bajarte el resumen del protocolo en pdf aquí.
¿Oportunidad o crisis en la salud?
Internet es maravillo. Nos da la oportunidad de aprender sobre cualquier cosa en cualquier momento, pero esa misma flexibilidad puede ser peligrosa porque hace que haya demasiada información y que muchas veces la gente repita un mensaje sin entenderlo realmente… creando “cámaras de eco.”
Mi intención siempre ha sido la de enseñarte a pescar, no darte el pescado, ayudándote a entender los principios y estrategias que rigen la salud para que así puedas escapar de esa confusión en la que se encuentra la mayoría. Por eso creé “Salud Estratégica” y por eso he creado también este PROTOCOLO RAÍZ. “La simplificación es lo más sofisticado” decía Da Vinci
Si tienes preguntas adicionales sobre el “Protocolo Raíz” o quieres seguir aprendiendo cómo optimizar tu “cuerpo-mente”, apúntate a mi comunidad privada en Patreon donde seguimos con el aprendizaje. Aquí tienes el enlace:
Un salud-o,
Guillermo