Esta es la segunda parte de “Cómo superar la depresión sin antidepresivos (I)“. Una adaptación de ”Why Antidepressants Don´t Work for Treating Depression” por el doctor Mark Hyman.
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Un dardo en la oscuridad
¿Cómo diagnostica un doctor o un psiquiatra convencional la depresión? Tirando un dardo en la oscuridad. Sí. Estamos acostumbrados a que los doctores usen tests sanguíneos y otras pruebas de laboratorio para ayudar a dilucidar el diagnóstico. Sin embargo, la mayoría de tests de laboratorio u otras pruebas científicas no son de ayuda a la hora de diagnosticar la depresión. De hecho, hablar con el paciente quizá sea la herramienta de diagnóstico más importante que tiene un doctor. Para diagnosticar la depresión el doctor o psiquiatra pregunta al paciente acerca de ciertos síntomas específicos, sobre sus hábitos de vida, y el historial médico personal y familiar. Basándose en esta información, si el perfil del paciente concuerda con los criterios (en mayor o menor medida aleatóreos) entonces…:
“!Enhorabuena! Tiene usted depresión y, por lo tanto, tiene la posibilidad (“que suerte”) de tomar una de los distintos fármacos que han sido estudiados “científicamente” y que pueden paliar su situación.”
Es decir, el diagnóstico de la depresión NO SIGUE REALMENTE UN ENFOQUE CIENTÍFICO ya que se basa en la información subjetiva que recoge el médico en la entrevista, quien también la interpreta subjetivamente. Es todo una gran suposición sobre qué se tiene y cuál es la mejor forma de tratarlo. La premisa de que la depresión se debe a un desequilibrio químico en el cerebro no es una afirmación científica. Se realizaron varios estudios hace unas décadas para ver si los niveles bajos de serotonina eran responsables de la depresión y en 1983 el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) afirmó que “no hay evidencia de que haya algo mal en el sistema serotoninérgico de los pacientes deprimidos”.
El enfoque convencional, no solamente es muy impreciso, sino que además no ayuda realmente a esclarecer las causas de la depresión que pueden ser de muy variado tipo, desde las puramente físicas (como falta de algún nutriente), a las más psicológicas. El asumir que la depresión es simplemente una carencia aleatoria de ciertos neurotransmisores (dígase serotonina) que se puede compensar con algunos fármacos es ignorar las causas, y la complejidad psicológica y bioquímica del ser humano. Además, estos fármacos tienen muchos efectos secundarios negativos y afectan a otras capacidades cognitivas.
Causas físicas de la depresión
Consideremos algunos casos de mi consulta:
Una chica de 23 años de edad había estado ansiosa y deprimida la mayor parte de su vida y pasó su infancia y adolescencia tomando varios cócteles de antidepresivos. Resulta que tenía alergia a ciertos alimentos que le causaban depresión. Las alergias alimentarias causan inflamación. Recientes estudios muestran que los cerebros de personas con depresión están de hecho inflamados. Algunos investigadores están estudiando ciertas sustancias anti-inflamatorias que se utilizan en las enfermedades autoinmunes, como Enbrel, para el tratamiento de la depresión. Después de eliminar su IgG (Inmunoglobulina G) su depresión desapareció y junto con ello la necesidad de medicarse. De paso, ¡perdió 30 libras de peso como un efecto secundario!
O considere el hombre de 49 años de edad con depresión severa de toda la vida que había estado tomando diferentes antidepresivos y medicamentos psiquiátricos durante años, pero seguía viviendo bajo una nube oscura cada día, sin alivio. Encontramos que tenía graves deficiencias de vitamina B12, B6 y ácido fólico. Después de ayudarle a recuperar los niveles normales de estos nutrientes esenciales del cerebro, me llamó para darme las gracias. El año pasado fue el primer año que recordaba haberse sentido feliz y sin depresión.
Éstas son sólo algunas de las docenas de causas puramente físicas que pueden causar la depresión.
Las raíces de la depresión se encuentran en las 7 claves de la salud definidos por la medicina funcional, no en la suposición de que hay una falta arbitraria (o “genética”) de ciertos neurotransmisores en nuestro cerebro. Cuando hay desequilibrios subyacentes en estos sistemas fundamentales, el cuerpo y la mente funcionan incorrectamente. Tomar antidepresivos no es la respuesta a la actual epidemia de salud mental. La cura real se encuentra en re-equilibrar los sistemas del cuerpo subyacentes que están en la base de toda enfermedad.
Aquí tienes algunas sugerencias para poder empezar a tratar tu depresión desde el aspecto físico. 7 pasos para superar la depresión sin antidepresivos u otros medicamentos:
- Prueba una dieta anti-inflamatoria que elimine los alérgenos alimentarios más comunes (gluten, lácteos..etc). Como mencioné antes, las alergias alimentarias y la inflamación resultante se han relacionado con la depresión y otros trastornos anímicos.
- Hazte un examen para ver si tienes hipotiroidismo. Esta epidemia no reconocida es una de las principales causa de la depresión.
- Toma vitamina D. Deficiencia en esta vitamina esencial puede conducir a la depresión. Suplementa con al menos 2.000 a 5.000 UI de vitamina D3 al día.
- Toma grasas omega-3. Tu cerebro está hecho de esta grasa, y su deficiencia puede conducir a una serie de problemas variados. Suplementa con 1.000 a 2.000 mg de aceite de pescado purificado al día.
- Toma vitamina B12 (1,000 microgramos al día o mcg), B6 (25 mg) y ácido fólico (800 mcg). Estas vitaminas son esenciales para metabolizar la homocisteína, que puede jugar un factor importante en la depresión.
- Hazte un examen para ver los niveles de mercurio que tienes. La toxicidad de metales pesados se ha correlacionado con la depresión y otros problemas neurológicos y de estado de ánimo.
- Ejercítate vigorosamente cinco veces a la semana durante 30 minutos. Esto aumenta los niveles de BDNF (Brain Derived Neurotrophic Factor: factor neurotrófico derivado de cerebro), un antidepresivo natural del cerebro.
Estos son sólo algunas de las cosas más fáciles y efectivas que puedes hacer para tratar la depresión.
Filosofía y Sociedad (“C’est la vie”)
¿Cuál es la causa de la tristeza? ¿Cuál es la causa de la felicidad? O, ¿cuál es la causa del aburrimiento? Y, ¿es todo esto necesariamente malo en todos los casos? No lo creo. La depresión es como el dolor, una señal de que algo que está fuera de equilibrio necesita atención. Si nos entumecen nuestros “sentidos” con fármacos que alteran nuestros neurotransmisores de forma artificial (y peligrosa), corremos el riesgo de poner un parche a los problemas sin prestarles la atención necesaria a largo plazo. Los antidepresivos no son un solución, simplemente un mal parche momentáneo.
Por otra parte, es muy posible que haya un porcentaje de gente que sí tenga una falta de ciertos neurotransmisores y que a pesar de llevar una vida plena y saludable no sean capaces de estar satisfechos debido a ese problema físico. En ese caso, el enfoque de los “antidepresivos” sí podría justificarse (siempre que los beneficios fuesen superiores a los riesgos de tomarlas), sin embargo, en la mayoría de los casos no es adecuado ni razonable.
Es hora de que empecemos a tomar responsabilidad real sobre nuestras vidas y nuestra salud. Dejemos de buscar culpables externos (los genes, la suegra, mis neurotransmirores…etc.). Está claro que la depresión, la tristeza o la alegría son parte también de la vida, y por tanto, debemos aprender a lidiar con ello con más inteligencia emocional y a la vez tener la valentía de identificar y cambiar aquellas costumbres y estilos de vida que nos afectan tanto física como mentalmente. Es más fácil tomarse las pastillas que empezar un estilo de vida más saludable y gratificante, pero eso es “pan para hoy y hambre para mañana”. En la salud y en la felicidad no existen atajos.
EN RESUMEN
El enfoque convencional de diagnosticar la depresión es subjetivo y no es científico. Hay gente que está deprimida porque tiene un desequilibrio hormonal o de neurotransmisores, pero en el caso de los últimos no ha podido ser demostrado. Otros tienes sus hormonas y neurotransmisores perfectamente pero aún así se sienten deprimidos. Algo falla y no se trata de una arbitrariedad ni de mala suerte como el que se coge un resfriado. Por tanto, hay que buscar las causas (la curación) más allá de los antidepresivos que son peligrosos e ineficaces. La mayoría de las depresiones se pueden curar re-estableciendo el equilibro en las 7 claves de la salud definidas por la medicina funcional.
Es además importante tomar responsabilidad personal por cambiar nuestras vidas a nivel emocional y dejar de ser víctima de un sistema social que en muchos casos no nos da realmente satisfacción. El ser humano no se deprime “porque sí”, eso es lo que nos han hecho creer para arrebatarnos nuestro poder y responsabilidad personal y convencernos así de que la solución es simplemente unas pastillas (algo externo). Todos tenemos derecho a la felicidad, y la podemos conseguir si sabemos con qué herramientas contar y confiamos en nosotros mismos. Empecemos por mejorar nuestra salud y sigamos por buscar en lo profundo de nuestra vida y nuestro interior.
Referencias:
(1) Turner EH et al. 2007. Selective publication of antidepressant trials and its influence on apparent efficacy. New England Journal of Medicine. 358: 252-260.
(2) Eaton WW, Kalaydjian A, Scharfstein DO, Mezuk B, Ding Y. 2007. Prevalence and incidence of depressive disorder: the Baltimore ECA follow-up, 1981-2004. Acta Psychiatr Scand. 116(3):182-188.