Si sabes cómo mejorar tu digestión naturalmente habrás dado un paso de gigante para optimizar tu salud. Para ello, debemos re-aprender lo que nuestra cultura nos ha hecho olvidar: el arte de saber comer. Mucha gente hoy día tiene problemas de acidez, estreñimiento, mal aliento..etc. Y esto no es casualidad.
Tenemos que pensar que el cuerpo no es un cubo de basura ni una trituradora. Convertir comida en células humanas es un proceso milagroso y muy complejo del cual deberíamos ser conscientes y, por lo tanto, ayudar en lo posible con hábitos saludables. Aquí tienes algunas sugerencias para mejorar tu digestión y por ende tu energía, inmunidad y salud en general porque como YA sabes la salud empieza en el intestino.
Cómo mejorar tu digestión naturalmente
- Come como un animal.
Nuestro “poder digestivo” está muy debilitado en general. Por eso, idealmente, no deberíamos mezclar demasiados alimentos en cada comida, tal y como hacen normalmente los animales. Cuanto más sano y fuerte sea tu poder digestivo más podrás mezclar sin problemas. - Combina los alimentos adecuadamente.
Si combinas, debes saber que distintos alimentos requieren un tiempo de digestión y un pH ligeramente diferente. Por ejemplo, las proteínas necesitan un tiempo de digestión mayor y un pH más ácido que los carbohidratos. ¿Qué pasa si tu digestión está debilitada y los combinas mucho? Que no estás digiriendo bien ni uno ni otro. Las verduras combinan bien con las proteínas (carnes, pescado…) y con carbohidratos como la pasta, arroz, pan…etc., pero evita en lo posible combinar alimentos proteínicos con alimentos altos en carbohidratos (ej. patatas o frutas con carne) sobre todo si tu digestión no está optimizada. Lee nuestro artículo “Cómo combinar los alimentos de forma adecuada” para más explicaciones y ejemplos. - Intenta comer granos y legumbres germinados.
La germinación es una forma de activar la nutrición y de sacar a la luz enzimas que hacen la digestión mucho más fácil. Al menos ten las legumbres en remojo unas 24 horas. - No bebas líquidos (durante la comida).
Bebe durante el día con continuidad. Cuando queden 20 minutos para comer bebe un vaso de agua para que la sangre no se espese mucho durante la digestión e intenta no beber más hasta que la digestión se haya completado. Sí, esto incluye el vino y la cerveza. El motivo es que no sólo estás diluyendo las enzimas y los ácidos gástricos necesarios para la digestión, sino también la saliva (y sus enzimas) que es donde se pre-digiere la comida. Cuando empieces a hacer esto sentirás que tu boca está seca…y querrás beber agua. Esto es porque tu cuerpo se ha acostumbrado a segregar menos saliva. Persiste, y en una semana lo tienes hecho. Te lo digo por experiencia. - Mastica, mastica y mastica.
Hazlo hasta que la comida sea casi un líquido. Este es un proceso no sólo físico sino también químico durante el cual las moléculas largas (por ejemplo, el almidón) empiezan a digerirse y acortarse. Si no se mastica bien, la digestión será más larga y complicada. - Siéntate para comer y tómatelo con calma.
Nada peor que seguir trabajando durante la comida o hacerlo al estilo “Boa constrictor.” La alimentación consciente es quizá lo más importante de todo.
La siguiente es una lista de cosas que NO deberías hacer si quieres tener una buena digestión y evitar problemas:
– Fruta después de comer.
La fruta debe comerse por sí sola porque su digestión es rápida, si la tomas después de comer vas a hacer que la fruta esté demasiado tiempo en el estómago y esto dificulta su correcta digestión.
– Postre después de comer.
Acabo de arruinar tu vida. Bueno, toma postres con moderación…pero no los mezcles con otras cosas, tómalos solos y que sean lo más naturales posible.
– No te pases.
Salir a “cuatro patas” de un banquete puede ser motivo de orgullo para algunos… 🙂 Pero después del acto heroico el que está sólo con el dolor de estómago o algo peor eres tú. Come con moderación. Escucha tu cuerpo.
Para aquellos que queréis mejorar vuestra digestión todavía más aquí tenéis unas sugerencias finales:
– Compra enzimas digestivas.
Al hacernos mayores la cantidad de enzimas digestivas va disminuyendo. Esa una buena idea el tomar estos suplementos para ayudar en la digestión, sobre todo, con comidas abundantes. Además te recomiendo betaína HCl si no tienes un sobrecrecimiento de Helicobacter pylori (necesitas hacerte una prueba). Recuerda que cuando tomes HCl debes incluir algo de proteína para no sentir ardor ya que la función del ácido clorhídrico es principalmente el digerir las proteínas.
– Toma probioticos o mejor, comida fermentada.
Si quieres saber más sobre comida fermentada descárgate el libro “7 Secretos para una Super Salud” en nuestra página (es gratis). La flora digestiva de casi todas las personas está “de capa caída”. Sin estos pequeños aliados no podemos digerir la comida de forma efectiva, sintetizar ciertas vitaminas o defendernos de otros invasores. La forma más natural de recuperar un nivel adecuado es tomando probióticos o comidas fermentas.
– Limpia tu dieta.
¿Qué llega antes la basura o las moscas? Yo creo en la “modificación del terreno” no en eliminar a los “malos”. Es un hecho que los patógenos y las enfermedades en general (cáncer, osteoporosis…etc.) se desarrollan mejor en ambientes tóxicos… Evita las carnes en exceso, el alcohol, los fritos y la comida procesada. Aumenta el consumo de frutas y verduras y de comida real. En fin, el mismo “rollo” de siempre.
– Añade dieta soluble.
La dieta soluble es clave para limpiar nuestro hígado y nuestro intestino. Esto se merece un video a parte pero sólo decirte que este tipo de fibra es muy saludable y si empiezas a añadirla poco a poco verás grandes progresos en tu salud intestinal y en tus digestiones.
Hoy en día la comida es mucho más que nutrición, es un acto social. A todos nos cuesta cambiar nuestras costumbres, y todavía más cuando tenemos que justificarnos delante de otros. Aprender cómo mejorar tu digestión es fundamental, pero debes incorporar tus nuevos hábitos con paciencia. No intentes cambiar todo al mismo tiempo porque no tendrás éxito.
Empieza por la lista inicial de sugerencias y cuando estés cómodo con una o dos (por ejemplo, no beber durante las comidas y no tomar postre/fruta al final) entonces vas incorporando otras.
Debemos dejar de “comer con los ojos” y hacerlo más con la razón y el estómago. ¡Bon appetite!