Cómo combinar los alimentos es un arte y una ciencia. Hoy vamos a cubrir la ciencia; las recetas (el arte) las dejamos para otro día.
Lo primero que hay que entender es que tu estómago no es una batidora y no puedes echarle lo que te venga en gana en cualquier momento y de cualquier forma porque “todo lo puede”. No se debe comer con los ojos, hay que comer con el estómago. Y éste es el problema: hemos olvidado. Ingerir alimentos es la forma en la que los humanos adquirimos energía y nutrición, pero se ha convertido en una fiesta de los sentidos que poco tiene que ver con su función original.
La salud empieza con un sistema digestivo sano y una absorción de alimentos adecuada. Si no sabemos cómo combinar los alimentos apropiadamente los problemas que se sufren a largo plazo son muchos y variados: estreñimiento, flatulencias (¡vaya palabrita! jeje), falta de energía, hambre constante, enfermedades autoinmunes,…etc. Recuerda que todos los sistemas del cuerpo están conectados.
Mezclar alimentos es otra incoherencia evolutiva
Imagínate que te compras una máquina del tiempo y decides ir a visitar a tus ancestros. ¿Qué piensas que te vas a encontrar? Tanto si te unes a un grupo de cazadores como si decides seguir los pasos de algún grupo nómada, lo normal es que aquello que cacen o recolecten sea lo que tengan para comer. Sin guarniciones, segundos platos ni postre de la casa.
Durante la mayoría de nuestra evolución nuestras comidas eran muy sencillas y consistían en las presas cazadas o en las frutas o vegetales recolectados. Es decir, en su versión más frecuente eran monocomidas (alimentos sin combinar). Quizá estés pensando: “¿Pero a mí me encanta la macedonia de frutas?” Que yo sepa el árbol de la macedonia todavía no se ha descubierto y realmente se trata de un invento moderno que sienta bien al paladar pero quizá no tanto al estómago.
Por lo tanto, cuanto más sencillas sean tus comidas más fáciles serán tus digestiones y la absorción de tus alimentos (“no eres lo que comes, eres lo que absorbes”). Pero vivimos en el s. XXI, y esto de las monocomidas es difícil en la práctica (y la ruina de bodas y bautizos). Por eso, quiero compartir contigo los principios básicos más importantes para saber cómo combinar los alimentos de forma que su digestión y absorción sean lo más completas posible.
Combinar los alimentos para una buena digestión
1. Cuanto más optimizada y fuerte sea tu digestión más variedad de alimentos y más cantidad puedes tomar en cada comida sin verte afectado. Según nos hacemos mayores (menos ácido clorhídrico) o nuestro poder digestivo disminuye por estrés o problemas como el hipotiroidismo, más debemos cuidar lo que comemos y cómo lo comemos.
2. Los distintos alimentos tienen una composición química diferente. Piensa que nuestros cuerpos son como grandes tubos de laboratorio donde estos compuestos se mezclan. Si combinamos alimentos de forma aleatoria el resultado puede ser impredecible, y muchas veces “explosivo.” Por ejemplo, las proteínas requieren de jugos gástricos ácidos, mientras que los carbohidratos requieren un medio más básico. Si se mezclan, las secreciones no serán ni suficientemente ácidas ni básicas y ningún alimento quedará bien digerido.
3. A parte del pH y las enzimas digestivas, también hay que tener en cuenta el tiempo de digestión. Hay comidas que se procesan más rápidamente que otras debido a sus estructura física (más fibrosos…etc.) y química. Si mezclamos alimentos con distintos tiempos de digestión, se pueden producir “atascos” lo cual lleva a putrefacción, mala absorción, …etc. Por ejemplo, las frutas se digieren más rápidamente que las carnes. Si comemos una manzana después de un filete, ésta pasará demasiado tiempo en el estómago posibilitando la fermentación de sus azúcares. Por lo tanto, deberíamos siempre combinar alimentos que aproximadamente tarden lo mismo en ser digeridos.
Antes de hablar de los principios básicos a seguir, vamos a clasificar los alimentos en una tabla de forma simplificada y darte ejemplos de cada categoría:
PROTEÍNAS | ALMIDÓN Y FÉCULA | VERDURAS | FRUTAS DULCES |
---|---|---|---|
Productos lácteos | Judías | Lechuga | Plátano |
Huevos | Legumbres | Coliflor | Cítricos |
Carnes | Granos (arroz...) | Brócoli | Manzanas |
Pescados | Cereales (trigo...) | Apio | Ya sabes... |
Espárragos...etc. |
Nota: las frutas no dulces (tomate, pepino, avocado, pimiento…etc.) las consideramos “verduras” a efectos de sus posibles combinaciones.
Muy bien. Ya tenemos la clasificación básica de alimentos para entendernos. Ahora simplemente se trata de seguir unas reglas generales.
Cómo combinar los alimentos para comer en forma completa y equilibrada
- Come las frutas (las dulces) solas y con el estómago vacío.
Las frutas se digieren rápidamente y si se combinan con carbohidratos de cadena larga (almidón/fécula) o proteínas, cuyos tiempos de digestión son mayores, se produce fermentación en el estómago. Los subproductos de la fermentación pueden favorecen el crecimiento de levaduras y bacterias perjudiciales. Excepciones a esta regla son el mezclar limón con carnes, o tomar frutas ácidas (fresas, bayas, moras…) con yogur, nueces o semillas (uno de mis desayunos favoritos). En general, los alimentos azucarados (aunque no sean frutas) deben comerse solos (ej: postres, miel…) - No combines los alimentos proteínicos con alimentos altos en fécula o almidón. Esta regla es de suma importancia. Las proteínas necesitan la segregación de ácido clorhídrico y la enzima pepsina para ser digeridas apropiadamente. Esto produce un pH ácido, ideal para su digestión. Por su parte, los carbohidratos (alimentos como los tubérculos, granos, cereales…etc.) necesitan un pH más básico. Es decir, no son compatibles para tener una digestión adecuada. Por ejemplo: patatas con pollo, macarrones con albóndigas..etc. Evítalo.
- Las verduras van con todo (excepto las frutas dulces). Puedes combinar las verduras con alimentos proteínicos sin problemas (ej: salmón con brócoli), o con alimentos altos en fécula o almidón (ej: arroz con verduras, ensaladilla rusa…etc). Por otra parte, las frutas no dulces (avocado, pimiento, pepino, tomate…etc.) pueden ser considerados “verduras” en este aspecto y, por lo tanto, combinarse como tales.
- No añadas grasa o aceite extra a las proteínas (carne…etc.). Los alimentos proteínicos como la carne o el pescado contienen grasa de forma natural y esto no es problema para la digestión. Sin embargo, si añadimos grasa o aceite en exceso (ej: mayonesa al pescado) podemos inhibir la secreción de ácido clorhídrico necesario para su digestión.
Lo más importante: escucha tu cuerpo
Estas reglas no son absolutas ni para seguirlas de forma estricta, sino para darte una guía y referencia. Empieza a aplicarlas y observa cómo te sientes después de las comidas. Si prestas atención, el cuerpo siempre te da señales de qué es bueno para ti, qué no lo es y cómo combinar los alimentos. Con el tiempo, desarrollarás una mayor sensibilidad a sus señales y te sentirás cada vez mejor.
Optimizar tu digestión de forma natural y aprender cómo combinar los alimentos son conocimientos casi perdidos en nuestra sociedad, pero no por básicos son menos importantes. ¡Ponlos en práctica y buen provecho!